El fuerte lobby y férrea lucha que han librado los homosexuales por lograr que se les reconozca el mismo derecho milenario de los heterosexuales, esto es el derecho a contraer nupcias, si bien levantó simpatías y algún grado de apoyo entre muchos de quienes somos heterosexuales, en Chile, me atrevería a vaticinar que no será más que eso. Un gesto comprensivo hacia ellos o tal vez para otros sea de tipo compasivo.
Pero seamos realistas y aterrizados. Si nos ubicamos en el contexto histórico, del fuertísimo raigambre religioso existente en nuestro país, y la cantidad menor de gays y lesbianas existentes comparativamente con la población de Chile, las posibilidades de que acá se legisle a favor del matrimonio homosexual es , digámoslo francamente , nulo.
Varios grupos, especialmente religiosos, se han manifestado en las calles en contra de lo que muchos consideran una ley que abriría de par en par las puertas de Sodoma y Gomorra y la nueva marcha anti uniones gay, convocada por Transforma Chile, para el sábado 30 de julio no es más que otra manifestación que tales uniones aun provocan un muy fuerte rechazo en la mayoría de las ciudadanía, aunque los homosexuales traten de homofóbicos, dicriminadores y suelten todos los berrinches que quieran en contra de quienes les disgusta la idea, en mi opinión, simplemente no se concretará en un texto legal. Sí habrá reconocimiento al regular ciertas materias, pero no más que eso.
Es difícil pensar o imaginarse que, un país como el nuestro, imitará tan facilmente a los escasos países en el mundo que han legalizado el matrimonio homosexual, como es España, Holanda, Bélgica, Portugal, Suecia, Noruega, Canadá, Sudáfrica y Argentina y algunos pocos estados de EE.UU. como son Connecticut, Nueva York, Iowa, New Hampshire, Massachusetts,Vermont y Washington D.C.
De hecho, no todos aprobaron el matrimonio homosexual a buenas y primeras. Empezaron por fórmulas intermedias, como reconocer las uniones entre gays y lesbianas, pero con la clara limitante de no poder adoptar hijos. Es lo que ocurre en otros tantos países que recién están en esa etapa, regulando o que ya han regulado puntualmente algunos pocos derechos esenciales : patrimoniales, hereditarios y de salud. Pero nada aún con el tema adopción.
No olvidemos que la mayoría de los países del mundo, a lo menos 70 por parte baja, no aceptan por ningun motivo ni la unión informal entre personas del mismo sexo ni mucho menos el matrimonio homosexual. De hecho, Sudán, Yemen, Mauritania, Arabia Saudí, Irán, el norte de Nigeria y el sur de Somalía castigan con la pena de muerte ese delito, porque para ellos ni siquiera es "pecado", es un delito que castigan simplemente con la pena de muerte y punto. Incluso un inocente beso entre hombres amerita a lo menos 60 o más latigazos para cada uno.
No son pocos los casos que se registran en muchos de esos países en los que al pillar a dos hombres manteniendo relaciones sexuales anales, las autoridades los han llevado derecho a la horca sin siquiera avisarles a sus familiares o abogados.
En resumen y en mi modesta opinión, en los próximos 20 a 30 años por lo menos, Chile no seguirá los pasos de esos pocos países que ya legislaron a favor del matrimonio homosexual.
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