Desde las cataratas del Niagara al Bajo Manhattan, un río multicolor de parejas gays ha madrugado este domingo para pronunciar a tiempo el 'Yes, I do'. Más de 800 parejas completarán el ritual en un día histórico en Nueva York, el sexto estado norteamericano -más el Distrito de Columbia- que ha dado la 'bendición' oficial a los matrimonios entre homosexuales.
La primera boda, minutos después de la media noche, tuvo como escenario infalible las cataratas del Niagara. Kitty Lambert, una galerista de 54 años, y Cheryle Rudd, 53 años y distribuidora de alimentos italianos, sellaron su relación de una larga década junto a la mítica Luna Island y con la hija de ambas como testigo.
En Nueva York, una de las parejas más lóngevas y populares de Chelsea (el barrio gay por excelencia) fue la primera en celebrar en exhibir con orgullo su certificado de matrimonio: Connie Kopelov (85 años) y Phullis Siegal (77), rubricaron su unión extendiendo los brazos en señal de victoria, ante los ojos llorosos de la portavoz del Ayuntamiento, Christine Quinn, activista de los derechos gays.
El propio alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ha anunciado su intención de dejarse caer por la oficina del secretario municipal de Manhattan, Michael Sweeney, que abrió la oficina a las 8,30 de la mañana, cuando la multitud de futuros esposos y sus invitados se unió en una sonora cuenta atrás: cuatro, tres, dos, uno, cero...
El momento fue celebrado con un beso colectivo, comparable al famoso de Times Square, apenas interrumpido por los gritos destemplados de un puñado de manifestantes ("La homosexualidad es pecado", "Dios odia a los maricas") que no consiguieron aguar la fiesta. Hasta el calor insoportable de estos días menguó lo justo para hacer más llevadera la espera.
Antonio López (25 años) y Alvin Woods (27), vecinos de Harlem, quisieron ser también de los primeros. Se conocieron hace apenas seis meses, pero los dos lo tuvieron muy claro: "Quiero casarme contigo"... "Nueva York ha tenido siempre la fuerza para cambiar este país, y ahora sólo espero que muchos otros estados sigan el ejemplo", aseguranba Alvin, natural de Luisina.
De San Diego (California), frustradas por no poder casarse en su tierra, vinieron Nirvana Gálvez y Ruth Molina, las dos vestidas exactamente igual, con un traje-pantalón blanco: "Estamos muy felices y tremendamente ilusionadas. Dentro de poco cumpliremos diez años juntas ¿qué mejor manera de celebrarlo?".
A Frank LaRocca y Frantz Hall, 46 y 48 años, no parecía asustarles la idea de que tendrán que pagar más impuestos como pareja: "Lo importante es la seguridad que nos va a dar, si a cualquiera de los dos nos pasara algo". Para Karin Cook y Rubin Salman, veinte años unidas, lo más importante era sellar la unión delante de sus hijos, de siete años y un año y medio.
El Bajo Manhattan fue testigo de casi la mitad de los matrimonios celebrados el primer día en Nueva York. Otro de los lugares más calientes fue el Bronx, donde la pastora protestante Carmen Hernández, 48 años, y la asistente dental Doris DeArmas, sustituyeron el clásico "Yes, I do" ("Sí, quiero") por el contundente: "I’ve got you" ("Te tengo").
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