Monday, July 11, 2011

9 de Julio sin secretos

Corridas de toros en Mendoza, una niña de nueve años coronada novia de la Patria y Belgrano llegando en un carruaje último modelo a la Casa de Tucumán, construcción en cuyo frente había una pulpería... Balmaceda nos revela en esta charla exclusiva con Cultura Los Andes las historias más curiosas del 9 de julio de 1816. Desde 1879, y durante quince años, en la Policía Federal fue obligatorio el bigote: tan sencillo como revelador, este y otros datos similares forman parte de la historia social menos conocida de nuestro país, la misma que apasiona a Daniel Balmaceda.

Periodista e historiador, miembro titular y vitalicio de la Sociedad Argentina de Historiadores, antiguo editor de las revistas Noticias y Newsweek y autor, entre otros, de los libros “Espadas y Corazones, pequeñas delicias de héroes y villanos de la historia argentina” (2004), “Historias insólitas de la historia argentina” (2008) o “Biografía no autorizada de 1910” (2010), Balmaceda ha cobrado especial notoriedad en internet a través de su cuenta de Twitter, donde publica insólitas pastillas de nuestra historia celebradas diariamente por sus más de 17.000 seguidores.

A propósito de un nuevo aniversario de la Declaración de la Independencia, el historiador nos cuenta algunos de los datos más curiosos de ese suceso fundamental de nuestra historia.

–¿Hay una historia desconocida de nuestra independencia?

–Es muy importante aclarar por qué San Martín fue el gran promotor de la Declaración de la Independencia. Él estaba formando un ejército en Mendoza para pasar a Chile, libertarlo y pasar al Perú por el Pacífico.

Pero si cruzaban los Andes y llegaban a Chile con un ejército de una nación no independiente, sólo hubieran sido considerados como miles de rebeldes actuando en contra de la ley. Por eso San Martín sabía que su ejército necesitaba pertenecer a una nación soberana.

Tras lograr que en julio de 1816 se declarara la Independencia con el apoyo de los diputados que acompañaban su posición, como Tomás Godoy Cruz o Justo Santamaría de Oro, San Martín finalmente cruzó los Andes en el siguiente verano, en febrero de 1817, y lo hizo con un ejército que pertenecía a una nación soberana. La Independencia fue una de las claves para seguir adelante con la campaña libertadora.

–¿Cómo repercutió la noticia de la declaración en el entorno de San Martín en Mendoza?

–Cuando llegó esta noticia se realizó una gran celebración, una corrida de toros que se llevó a cabo en un gran corral en las afueras de Mendoza y en

la que actuaron varios de los soldados destacados de San Martín, como el coronel Isidoro Suárez, Juan Lavalle o Juan O'Brien, que participaron en varias corridas. Ésta era una actividad que a San Martín le agradaba mucho, una costumbre que había adquirido en España.

Así que también hubo tiempo para ese tipo de entretenimiento, que por una parte se hizo para recaudar fondos y por otra parte porque San Martín entendía que también formaba parte del entrenamiento de estos hombres, cinco mil, a los que logró disciplinar para alcanzar una de las más grandes hazañas militares de todos los tiempos.

-Se suele hablar mucho también del compromiso de las mujeres de aquellos días.

-Sí, para esa época Remedios de Escalada estaba en Tucumán, embarazada. Faltaba poco tiempo para que naciera Merceditas, a la que llaman por supuesto "la mendocina" por haber nacido en Mendoza, en agosto. Remedios, junto a un grupo de mujeres, participó activamente en la creación de la bandera del ejército libertador, que no era la bandera argentina porque el ejército estaba compuesto por soldados de Chile, el Perú e inclusive algunos del Paraguay.

Y estas mujeres además llevaron a cabo una donación de joyas de las que se desprendieron para recaudar fondos, joyas que se enviaron a Buenos Aires para ser tasadas y rematadas. Y además, por supuesto, la importancia de acompañar a aquellos hombres en aquellas instancias previas al cruce.

-¿Por qué la ceremonia de la Declaración se realizó en una casa?

-Era una casa que el Estado había alquilado y venía funcionando como aduana. Tucumán tenía su cabildo, como todas las ciudades, pero en ese momento el cabildo estaba en refacciones y se perdió la gloria de ser el edificio trascendente de la Independencia argentina.

Otra curiosidad de esta casa de la familia Bazán de Laguna es que en general uno recuerda las imágenes de la gente aferrada a las rejas de las ventanas, observando desde la calle cómo adentro los diputados están declarando la Independencia, y en realidad eso es una vista imposible porque los diputados se reunieron pasando un patio interior, es decir, estaban en el fondo de la casa; la reunión no daba a la calle.

Por otro lado, los ambientes de adelante estaban alquilados para negocios de venta, tipo pulpería, así que mientras en el fondo de la casa se declaraba la Independencia en la parte de adelante se vendía mercadería.

-¿Qué otros datos le llaman la atención de esa fecha?

-Hay varios. Por ejemplo, cuando se analiza cómo llegaron los diputados hasta Tucumán, se suele mencionar que algunos llegaban en diligencia, otros en coche... En realidad, la geografía del lugar de aquel tiempo hacía imposible la llegada de una diligencia.

A Tucumán se llegaba en carreta, salvo Belgrano, que llegó en un carruaje y llamó la atención de todos. Era como si vieras un último modelo en la calle y todo el mundo se parara alrededor para mirarlo. Pero los caminos eran bastante complicados, y si bien se podía llegar a utilizar algún tipo de carruaje, la mayoría llegó a caballo o en carretas, no había buenos caminos de ingreso a Tucumán.

-¿Y el pueblo cómo lo celebró?

-Por supuesto para Tucumán fue un acontecimiento, pensemos que estos hombres habían comenzado a sesionar en marzo de 1816, y pasaban los meses y no se terminaba de resolver, así que el hecho de que finalmente se tomara la decisión de asumirse como nación soberana era una noticia importantísima.

A diferencia de la Revolución de Mayo, que había sido una noticia sorpresiva, esta era una noticia esperada. Así que el 10 de julio, en esa mismísima casa donde se llevó a cabo la ceremonia, se hizo un gran baile donde una nena de nueve años fue coronada como reina de la celebración; se llamaba Lucía Aráoz, y durante toda la vida la llamarían "la novia de la Patria".

Por otra parte, muchos de los hombres que concurrieron al baile del 10 de julio en la Casa de Tucumán utilizaron gorros frigios, el gorro colorado que está en la punta de la pica del escudo argentino, un gorro como el de los enanitos de Blancanieves que simbolizaba la libertad. Es muy probable que el mismo Belgrano y sus oficiales hayan ido vestidos de esa manera...

-Debe haber sido tan particular como usarlos hoy en día...

-Sí, pero a partir de allí se tornó costumbre: hubo otros festejos, bailes con bandas militares que se movían por distintas partes de la casa, donde el requisito indispensable para los hombres era llevar un gorro frigio, si no llevabas un gorro frigio no entrabas. Era muy llamativo.

-¿Cómo investiga para llegar a estos datos tan curiosos?

-Los archivos son claves, las hemerotecas son también muy importantes y la correspondencia particular tiene datos muy interesantes y llamativos, pero no hay que olvidarse que desde Bartolomé Mitre, allá desde 1860 en adelante, ha habido grandes historiadores cuya obra lamentablemente ha quedado relegada en el tiempo, pero son investigaciones muy profesionales, muy pulcras.

En cuanto a material del siglo XIX todavía internet tiene mucho trabajo que hacer: es una pena pensar que, por ejemplo, los clásicos tomos de la Gaceta de Buenos Aires, información tan rica que va desde el año '10 hasta el '19, aún no están digitalizados y a mano para todos aquellos que no puedan concurrir a una biblioteca. Creo que es el momento de sacar ese material de los estantes donde se guarda y revivirlo.

RAREZAS DE LA HISTORIA

Curioso incansable, Balmaceda acaba de editar un nuevo libro, el segundo que publica este año. En "Historia de las palabras", el historiador da un descanso a las figuras reconocidas de la Patria para ahondar en la particular manera en que nacieron, o se agregaron al español desde otras lenguas, muchas de las palabras que utilizamos cotidianamente.

-¿Cómo surgió el proyecto que lo llevó a este libro?

?En su momento, en ocasión del V Centenario del Descubrimiento de América, en 1992, escribí para una revista especializada algunas notas referidas a los vocablos netamente americanos que se incorporaron al español, palabras como "hamaca", "tiburón" o "huracán".

Esas son de la zona del Caribe, hay otras de México como "camalote" y "chocolate". Después, a partir de esas notas, surgió la idea de ocuparme de los nombres, pero no como los clásicos diccionarios "qué quiere decir tu nombre", sino agrupándolos según su origen.

-¿Algunos que puntualmente lo hayan sorprendido?

-Hay normas que aparecen para rápidamente captar, por ejemplo, los de origen judío, que son aquellos que terminan en "el", que es "Dios", entonces ahí están "Daniel", "Ezequiel", "Abel", "Emanuel", todos del mismo origen. Y a su vez están también los terminados en "ías", que es "Yahvé", la manera de nombrar a Dios en hebreo. Entonces, cuando los juntás en "Elías" formás el nombre "Yahvé es Dios".

-¿Qué otras palabras le llamaron la atención?

-Hay una serie de términos que están relacionados con onomatopeyas, muchos más de los que pensamos: desde "relinchar", que viene de la forma "inch" de expresarse el caballo, a "cacarear", que viene del "cacacá" de la gallina.

Luego están los epónimos, que son los que están relacionados con un sustantivo propio. Por ejemplo "persiana", o sea, "originaria de Persia", o "boicot", que viene de Charles Boycott, un administrador de campos en Inglaterra que no le bajaba los precios de arrendamiento de los campos a sus arrendatarios, quienes terminaron quitándole ayuda: no le entregaban el correo, no lo proveían de comida, cosas así, y cuando tuvieron que denominar lo que estaban haciendo le pusieron ese nombre, "boicot". El libro se ocupa de palabras que utilizamos a menudo...

-Leí por ejemplo la explicación que dio acerca de "colimba", que viene del recluta que "corre, limpia, barre"...

-Claro. Otra curiosa es "abatatado", una palabra que surgió alrededor de 1880 a través de un señor llamado Floro Madero, sobrino del creador del Puerto en Buenos Aires. Fue durante un picnic en que tenía que dar un discurso: había comido una fuente entera de batatas fritas, entonces al momento de dar el discurso se sentía muy mal, muy mareado, y dijo "estoy abatatado". De ahí quedó la palabra, y hay muchas historias así.

POR: Claudio Pombinho - Especial para Cultura Los Andes. DIARIOLOSANDES

ARREGLO FOTOGRAFICO: ALBERTO CARRERA

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