En aquel momento se atravesaba un tramo especial del proceso del kirchnerismo que intentaba recuperarse del revés electoral del año anterior donde la oposición se había fortalecido por el efecto de la caída de la resolución 125 a través de voto no positivo de Julio Cobos ocurrido el julio de 2008. Eran los tiempos en que Kirchner estaba vivo y se hablaba de un doble comando entre la Casa Rosada y la residencia de la Quinta de Olivos que el matrimonio presidencial habitó desde 2003.
Está claro que el mes de julio para este gobierno de Cristina Fernández tiene especial significación. Un 17 de julio de 2008 "sintió" su principal traición política encarnada en la figura del vicepresidente en una sesión del Senado. Y un 14 de julio pero 2010 el gobierno K se dio el gusto de un triunfo en el mismo Congreso de la Nación. Y si ese correlato se extiende al presente, éste mes fue el elegido por la mandataria para abolir el rubro 59 en los diarios impresos para dar una señal -no suficiente- para presentarle pelea al flagelo social de la trata de personas, la modalidad actual de ejercer la esclavitud humana.
Volviendo a los "julios" de 2008 y 2010 de Cristina, gran diferencia entre uno y otro instante político es la ubicación de Cobos en torno al poder kirchnerista. En 2008 el kirchnerismo nunca creyó que el mendocino podría llegar a votar en contra de una ley oficialista, sin embargo lo hizo. En cambio, dos años después y luego de haber sufrido las consecuencias electorales del aquel voto "no positivo" de Cobos el kirchnerismo aprendió y ejerció todo el poder interno especialmente en las bancas legislativas para aprobar el matrimonio igualitario.
Lo importante es conocer cuál era la importancia que Néstor Kirchner le dio a la ley del matrimonio igualitario. En este proceso Kirhner demostró que fue el verdadero motor político de la última década marcada desde el inicio por la crisis de diciembre de 2001.
La relevancia que el ex mandatario le dio a esta ley fue prioritaria. Pero no era el cambio social que se venía con esta ley -que a la larga, es de lo que hablarán los libros de Historia- lo que estaba en el primer lugar en el orden de prioridades de Kirchner.
Es de suponer que el jefe patagónico sabía lo que significaría para la sociedad argentina y para el ámbito latinoamericano esta nueva reglamentación de unión matrimonial igualitaria. Lo sabía, tanto como conocía sus enfrentamientos históricos encarados por él y su mujer contra los enemigos que él mismo elegía para avanzar en su plan de expansión política.
Entre esos "elegidos" por el propio Kirchner, estaba en primera fila el cardenal Jorge Begoglio. El prelado también se identificó con sus homilías como emblemático rival del kirchnerismo. Además Bergoglio hacía notar su antikirchnerimo (lo sigue haciendo) con su influencia en los principales referentes de la oposición (Cobos y Elisa Carrió entre los más renombrados). Por eso la ley del mal llamado "casamiento gay" se transformó en una guerra santa y el Congreso el teatro de operaciones bélicas.
En la vereda de enfrente de la ley se vieron, paradójicamente desde el punto de vista partidario, los peronistas Adolfo Bermejo y Patricia Fadel. Ambos tuvieron que pagar esa "traición" de la cual se convenció el ex presidente hasta el final de sus días.
El enojo de Kirchner fue una característica de su personalidad y se exacerbó en esta ocasión porque "descubrió" que Fadel, secretaria de la Cámara baja, encargada de recolectar los votos necesarios para aprobar las leyes oficialistas, no sólo estuvo en contra de la norma sino que hizo campaña en contra de la iniciativa K. Así lo aseguran los kirchneristas mendocinos y lo aceptan en Casa de Gobierno. La resistencia manifiesta también la dejo ver el maipucino y senador Bermejo que había llegado al Parlamento justamente como cabeza de lista en 2009 cuando el PJ soportó la derrota electoral a manos del radicalismo y en Mendoza en particular a favor del cobismo triunfalista.
Bermejo aguantó la presión de Kirchner y votó en contra de la ley. Esa posición además de la situación ya descripta de Fadel marcó a fuego el ánimo de Kirchner con respecto al PJ mendocino. Las consecuencias de ese enojo K se evidenció en este proceso preelectoral y convirtió a los dos referentes peronistas y espadas "azules" del super operador nacional Juan Carlos Mazzón.
Bermejo nunca se subió a una candidatura provincial como lo marcaban las encuestas como el peronista con mejor imagen entre sus comprovincianos. Se bajó antes de subirse por temor al seguro veto de Kirchner. Y el otro coletazo, es más reciente y se evidenció con la confección de las listas de candidatos a diputados nacionales del peronismo mendocino donde fue excluida Fadel de esa grilla.
Fadel ha quedado "malherida" y para su mal, en "su" casillero electoral la presidenta la desalojó y ubicó a la ignota joven militante de La Cámpora Anabel Fernández quien seguramente será electa y se convertirá en una legisladora fiel a los designios del Ejecutivo nacional. De este modo, por lo menos en Mendoza, se vio cómo la ley del matrimonio igualitario produjo el primer "divorcio" político dentro del mismo oficialismo.
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